Nuestros Servicios

¿Por qué hacerlo?

El fertilizante es uno de los tres mayores costos de producción, pero gran parte se pierde si se aplica sin diagnóstico preciso. Una mala decisión en dosis, momento o fuente puede:

• No generar respuesta ➔ pérdida de inversión.
• Fomentar desequilibrios ➔ bloqueos, pérdidas.
• Deteriorar el suelo ➔ acidificación, compactación, salinización.

Lo que más impacta en el margen no es sólo cuánto se aplica, sino cómo y cuándo.

¿Qué hacemos?

• Análisis de suelo completo (>20 variables): pH, CIC, textura, relaciones catiónicas, micronutrientes, P disponible, MO total y activa, compactación, capacidad de mineralización.
• Modelos integrados con curvas de respuesta por cultivo, evaluando eficiencia económica esperada por nutriente.
• Zonas de manejo específicas por ambiente con diferente objetivo de rendimiento: fertilización de base, re-fertilización, correcciones, recuperación a largo plazo.
• Diagnóstico de limitantes estructurales: desequilibrio Ca: Mg, exceso de Na, compactación, salinidad, etc.

Ventajas económicas

• Ahorro significativo en fertilizantes sin impacto en rinde.
• Mayor retorno marginal por kg de nutriente aplicado (mejor ROI).
• Diagnóstico de largo plazo: permite reducir dependencias futuras.
• Prevención para menor gasto en correcciones futuras.

¿Por qué hacerlo?

• En zonas de clima incierto, el estrés abiótico (falta de agua, heladas, calor extremo, suelos restrictivos) puede generar pérdidas de 30 a 60% del rinde potencial.
• Invertir en fertilizantes o genética sin abordar el estrés abiótico es ineficiente.
• El momento crítico del estrés suele coincidir con las etapas de mayor demanda (macollaje, floración, llenado), por eso anticiparse y preparar al cultivo es más rentable que “curar” el daño.

¿Qué hacemos?

• Relevamiento de historial climático + diagnóstico de suelo + monitoreo del cultivo.
• Identificación de ambientes sensibles y momentos críticos.
• Propuesta de estrategias integradas:
  • Enmiendas o estrategias de recuperación de suelo.
  • Tratamientos de semilla con PGPR tolerantes al estrés.
  • Bioestimulantes foliares.

Ventajas económicas

• Evita o disminuye la pérdida de potencial: aumento de rinde cuando se manejan condiciones límite.
• Mejora el uso del fertilizante ya aplicado (menos pérdidas por estrés).
• Aumenta la eficiencia del agua y la resistencia al golpe de calor o heladas.

¿Por qué hacerlo?

• El 70% de las decisiones de re-fertilización en gramíneas se toman sin datos actuales. El potencial problema es doble:
  • Se fertiliza de más donde no hay respuesta.
  • Se deja sin corregir ambientes que podrían ganar rinde.
• El análisis foliar aislado no alcanza.
  Necesitamos saber:
  • Qué hay disponible en el suelo.
  • Cuánto se está incorporando la planta.
  • Cuál es la demanda potencial a futuro.

¿Qué hacemos?

• Muestreo de suelo y foliar en estadios clave (V5–V7 en maíz, macollaje en trigo).
• Análisis en laboratorio + interpretación con modelos de respuesta económica.
• Recomendaciones de refertilización con ROI estimado y plan de seguimiento.

Ventajas económicas

• Evita gastos innecesarios (ahorro directo en fertilizantes).
• Mejora de rinde en ambientes donde algún nutriente está limitando.
• Mayor eficiencia del agua y de uso de N y S.

¿Por qué hacerlo?

• La salud del suelo no es un concepto abstracto. Es una variable económica clave que define:
  • Qué tan vivo está ese suelo.
  • Qué capacidad de mineralización y movilización de nutrientes tiene.
  • Qué tanto contribuye a una mejor tolerancia al estrés abiótico.
  • Cuánta agua es capaz de retener el perfil.
  • Qué estrategias puedo desarrollar para mejorar la nutrición y el valor del suelo.
• Los suelos con alta actividad biológica liberan nutrientes naturalmente, retienen mejor el agua, forman estructuras más estables, resisten compactación y permiten reducir insumos sin resignar rendimiento.
• En términos simples: un suelo sano produce más, con menos.

¿Qué hacemos?

• Realizamos un diagnóstico profundo de salud del suelo, integrando:
  • Análisis físico-químico tradicional para conocer disponibilidad y retención.
  • Test de Haney para medir el carbono disponible, el nitrógeno fácilmente mineralizable, la respiración microbiana y la eficiencia en el uso del carbono.
  • Enzimas indicadoras (β-glucosidasa, arilsulfatasa, fosfatasa) que reflejan la capacidad del suelo para liberar C, S y P desde la MO.
  • Indicadores observacionales: estructura, color, actividad biológica visible, cobertura, presencia de raíces, etc.
• A partir de un diagnóstico integrador calculamos un índice de salud con valor comparativo, lo que permite definir zonas de alta eficiencia (potenciales reductores de insumos), zonas críticas (donde conviene recuperar el suelo), y zonas intermedias (donde conviene mantener el estado del suelo).